jueves, 2 de septiembre de 2010

1. Samuel Cano

El otro día recibí la visita de Samuel Cano, desde Mota, con Eva.




Me contó algunos de sus proyectos inmediatos, como la adquisición de una nave que convertirá en bodega este año.  Además, aprovechando que buenos amigos (Guti, Luis, Javier...) y aficionados al vino estaban también en La Zorrera improvisamos una presentación y cata del Patio Blanco.




Samuel se ha atrincherado con los vinos naturales y practica una agricultura y una vinicultura sin productos químicos.  Además ha apostado por la denostada airén a la que está exprimiendo sus posibilidades hasta extremos asombrosos.  


Siempre he sido crítico con los blancos de la casa (no con los tintos, que me encantan) pero he de reconocer que el Patio Blanco tiene angel.  Aunque creo que Samuel asume riesgos innecesarios, como la elaboración sin sulfuroso, es cierto que su vino tiene un algo que lo particulariza y lo hace atractivo y singular.  De color oro viejo, en rama, a la nariz se ofrece lleno de recuerdos a miel, jalea, fruta escarchada y orejones.  La boca es de curiosísima, con alma de tinto, glicérica, casi ajerezada, terciopelo puro, larguísima...


Lo servimos con un foie y los camaradas les gustó tanto que pidieron una segunda botella.  ¡Aupa Samu!

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