Nada, que se pasa julio sin subir un triste post. Llevo un mes en el pueblo relacionándome a patadas con la tecnología: sin conexión a internet, tengo que cargar portátil y arrimarme casi furtivo a la red municipal. Además la TDT no me deja ver el Tour de Francia y, perro flaco lleno de pulgas, hemos encadenado una serie de averías (tractor, transformador, cámaras, lavavajillas, equipo de frío…) que han supuesto un pico en reparaciones.
Así que un resumen rápido: Se casó David, volvió del viaje y aun se equivoca y llama a Laura mi novia.