7. ¿Quién lo dijo? Junio 2010

El que no ama el vino, las mujeres y las canciones permanece siendo un estúpido toda su vida

Nada menos que el jodido hereje Martín Lutero, Luther para los amigos alemanes. Teólogo, fraile católico agustino recoleto y reformador religioso alemán, informa la wikipedia, en cuyas enseñanzas se inspiró la Reforma Protestante.

Como sufrido recipiendario de la enervante educación marista en mis lejanos años mozos, me quedaba como un resquemor ante estos personajes de vuelo cismático.

Pero con los años, uno se va liberando de aquellos lastres, y hoy me resulta imposible mirar sin cierta simpatía a un tipo que le afeó a la iglesia el tráfico de indulgencias, censuró la avaricia papal, exhortó a la curia romana a que regresara a las enseñanzas de la Biblia, abrió con su propio matrimonio la puerta al del resto de sacerdotes, hizo pedorretas al Sumo Pontífice y, además, llamo gilipollas a todos aquellos que no amaban el vino, las mujeres, las canciones…

Hilaba fino, el tal Martín.

6. Ciclón

Sobre la viña seguimos destallando.  La poda en verde llena de hojas las calles y cuando se mira atrás se tiene la sensación de que ha pasado un ciclón...

5. Pantalón corto, por fin

Cuando era joven, feliz e indocumentado, y carecía por completo de sentido del ridículo, escribí un poemilla que  empezaba con el verso La felicidad era vivir con perro.  Glosaba allí mi niñez en sus aspectos más amables, el tiempo laxo, la libertad y la inocencia.

Dicen que la patria de un hombre es su infancia.  Hace mucho que soy un desterrado, pues.  Pero cada año vuelvo del exilio un poco cuando me coloco el pantalón corto.  La gente de campo sale siempre a faenar con pantalón largo y manga larga, protegiéndose del sol, la intemperie y los arañazos.  Sé que junto a ellos parezco guiri, pero...

4. Fundido en negro

Tocaba darle un cambio al comedor.  Hemos virado a negro:

Creo que el cambio es estiloso.  Sobre la discrección del negro resalta cualquier motivo de color, sumamos en elegancia, posiblemente.  Además al acortar la saya parece que también hemos ganado cierta amplitud...

Lo del fundido del título de la entrada solo es un chiste sobre como me deja el fin de semana...

;^ P

3. Batracios y pajaricos

En agosto no, porque entonces el pueblo se puebla de descerebrados que, a cualquier hora, se jactan  de su simpleza a escape libre o berrean su estupidez a los cuatro puntos cardinales.  Pero ahora sí.  Ahora es un verdadero privilegio vivir en un lugarejo como Férez, en las orillas del pueblo, vecino a un arroyuelo asilvestrado y fragante. 

Por la noche, con las ventanas abiertas me vivifica un airecillo fresco que sube hasta mi habitación mientras me adormezco oyendo el concierto sin fin de ranas y sapos, acompañados rítmicamente por el pitido regular del autillo, que aquí llaman cornichuelo y la melodía sin par del ruiseñor. 

Al amanecer, otro concierto me saca de golpe del sueño inocente: el zurrebulle de los gorriones,  el pe-pe-chí de verderones y herrericos, el zureo de las torcaces, el trino de colorines y petirrojos, el gorjeo de aviones y golondrinas, el bubú de la abubilla, que aquí llaman perputa, vaya usted a saber por qué…  , el piar de carboneros y verdecillos, el cu-cú inconfundible del cuco, el canto irrepetible del mirlo, el silbido poderoso de la oropéndola, que aquí llaman moraligo, en clara onomatopeya de su canción…

¿Qué mas se le puede pedir a esto que dormirse arrullado por las ranas y despertarse con los pajaricos?

2. Poda en verde

Andamos estos días pegados al viñedo haciendo una de las operaciones en verde que más cambian su aspecto.  La poda en verde es solo un destallado para recordarle a la cepa que tiene que tirar por donde se le indicó en la poda de invierno, no por donde a ella le salga de los cojones...

La cosa es que además de despejar la viña estamos comprobando el estado fitosanitario de las plantas, que es excelente y la cantidad de uva cuajada, de más.  Y, a pesar de las brigadistas internacionales, comprobar también la cantidad de trabajo que nos queda.

Maemía...

1. Intercepas

Estamos como niño con zapatos nuevos.  Y todo porque hemos comprado un apero nuevo, un intercepas.

Fuimos a buscarlo hasta el lejano Pedro Muñoz, allí donde confluyen las provincias de Albacete, Ciudad Real y Cuenca, en el corazón de las tierras calmas.  Y para navegar en esa mar de viñedos nadie mejor que Samuel Cano de patrón.

Básicamente se trata de una cuchilla retráctil que se abre desde el bastidor del arado y que cede ante los troncos de las cepas.

El nivel de resistencia se ajusta mediante una bombona de nitrógeno para poderlo utilizar también con cepas más jóvenes.

¿Tendremos este año, por fin, las líneas sin hierba?  Todavía tengo que verlo...