martes, 23 de noviembre de 2010

5. Bodegón

Al llegar a casa a mediodía, poco animoso y con la cabeza llena de preocupaciones, me ha redimido encontrarme con este humilde bodegón:


Un plato de pasta, un cacho de pan y una botella de vino.  Me ha impresionado tanto que le he hecho una foto para intentar congelar una intensa emoción.  La parquedad de los elementos y su sencilla disposición sobre la mesa me han puesto a cavilar sin motivo sobre la fugacidad de la vida, la soledad de los hombres y lo incierto del destino, a la vez que me enternecía pensar en la mano que, sin saberlo, ordenaba el cosmos para mi.

Así que he repetido un gesto inmemorial.  Me he sentado a la mesa, he sacado el tapón, me he servido una copa de vino y, como tal vez hiciera mi padre, como tal vez hiciera mi abuelo, me he puesto a comer despaciosamente, en silencio...

2 comentarios:

  1. Con el nombre que le has puesto a esta "tribulación", Bodegón, me esperaba alguna noticia sobre tu empresa, nuevo proyecto, etc. pero no esa reflexión. A Max Estella le diríamos "No te pongas estupendo" o en Socovos dirían: "No semos naide y menos en carzoncillos"

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  2. Ya quisiera yo daros esa clase de noticias...
    Pero, de momento, seguimos en "bodeguita".

    La socoveñeidad tiene estas frases demoledoras que hablan del peloto, del gallino o del cocacolo. Pero, si puedo elegir, a mi la me gustaría que me dijeran cada día es la de: "Que bien viveis, mariscales..."

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