sábado, 24 de diciembre de 2011

4. Ciertas tradiciones

Me llama mi amigo Luis Gutiérrez para cancelar el tradicional aperitivo de nochebuena.  Balbuceante, culpa a la crisis invocando no sé que rigores de la economía doméstica.  Yo creo que la edad nos pesa tanto o más que la falta de numerario y que el miedo de Guti (más que justificado) no es solo comprobarse cien pavos más pobre sino aguantar un año más la mirada escrutadora de suegras y cuñadas cuando al fin conseguimos llegar hasta las mesas de nochebuena, al filo de esas hermosísimas cenas familiares...  Aún así me aflige no contar con los amigachos en estas emergencias.

Otras tradiciones resisten.  Recibo por correo ordinario de otro amigo, Jose Tirado, un año más, el Calendario Zaragonano, esa impagable joya kitsch de la climatología, con su juicio universal meteorológico, sus pronósticos del tiempo, su santoral completo, su relación de ferias y mercados de España, su refranero, su diseño incombustible...



Adelanto ya el pronóstico para enero: No será extremadamente frío, ni seco en demasía, ni borrascoso con exceso, pero tampoco abundarán los días claros y de apacible ambiente en la primera mitad; después, los vientos soplarán alborotados y ásperos del SO, y el tiempo será borrascoso y frío con nublados y aspecto de nevada; finalizando será más bonancible con vientos flojos del NE, aunque con tendencia a lluvias; volverán las escarchas y heladas...

viernes, 23 de diciembre de 2011

3. ¿Cambios?

El cambio de estación coincide, más o menos, con el cambio de gobierno.  Pero yo sigo mirando por la ventana y viendo las mismas nubes y claros de siempre, ajenas al calendario o al inquilino de Moncloa.  Además, toda vez que no nos ha tocado la lotería, la realidad se abre paso a manotazos espantando ensoñaciones y vuelvo a pensar en todas las cepas que quedan por podar, en todas las ramas que quedan por sacar, en todas las parcelas que quedan por labrar, en todo el vino que queda por vender...


lunes, 12 de diciembre de 2011

2. Embotellamiento...

No, este palabro tan feo no significa que estoy atrapado en un atasco, lanzando juramentos.  Afortunadamente en Férez tenemos pocos problemas de tráfico, salvo cuando hay encierros y acuden en masa desde los pueblos vecinos. Pero eso solo pasa una vez al año.  Antes de la crisis, dos.

Era una manera de resumir la faena de este fin de semana: el embotellado.  En la bodega loteamos de 800 a 1000 botellas, lo que supone entre diez y veinte días de embotellado al año.  Dado que el proceso es semiautomático (bonito eufemismo que disimula una realidad jodidamente artesanal y manual) procuramos juntar una tropilla de al menos cuatro milicos (mejor si son cinco, seis...) reclutados entre parientes y amigachos.  ¿Y de soldada, qué?  Un buen almuerzo...



viernes, 9 de diciembre de 2011

1. Amplitud térmica

Este jodido falso puente de diciembre que me tiene viajando cada día de la semana entre Férez y Murcia lo hemos aprovechado para ir sacando adelante tareas administrativas, farragosas y antipáticas, como la declaración de producción y de cosecha...

Pero entre papel y papel asomo la nariz a la terraza, a recuperar aliento con el deslumbrante paisaje de diciembre.  Cuando el sol se esconde la temperatura cae en picado, pero las horas centrales del día son muy gratas.  Muchos las aprovechan para ir quemando los restos del despalillado del olivo, y las columnas de humo le dan al horizonte un cierto aspecto velazqueño, como de campo después de la batalla.


En fin, amigo, la vida, que tiene estos colores...