Hay quien piensa que el trabajo en bodega es una actividad llena de glamour, pero es una visión romántica hasta el empalago. El día a día de una pequeña bodega es lidiar con una asfixiante y absurda carga burocrática, resolver imprevistos y averías y hacer cuentas mientras se cruzan los dedos para intentar pagar facturas...
Hablando de averías... esta semana hemos tenido que resolver dos: la rotura de una tubería de agua que nos llevado locos más de diez días y el pinchazo de una cámara de depósito siempre lleno. Y, oh sorpresa, al ponerle la nueva resulta que... también está pinchada! Y eso que las cobran al precio de los neumáticos de Calos Sainz
En fin... Como la lotería no nos tocará subamos el ánimo con un éxito novísimo (1969), Los Tres Sudamericanos, que nos ponen el corazón contento. Ea.
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