Paramos en un mirador a disfrutar del horizonte. Justo detrás, me señala Santi, se divisa la Hacienda de Cuchillo y la Rambla de Castro, donde el tal Castro plantó la primera viña canaria de la que hay registro documental, en 1497, un año después de completarse la conquista.
Terminamos en Garachico, el que fue el gran puerto comercial del Norte de la isla, de donde salía los cargamentos de vino para Inglaterra. Sepultado por la lava en 1706, nunca recuperó su esplendor. Además, disconformes con los precios del vino, protagonizaron un episodio conocido como "el derrame del vino", que fue como una especie de Motín del té, pero a lo canario. Nos aliviamos en un local coqueto, enfocado para guiris, pero en el que estamos solicos y nos apretamos con unas tapas una malvasía del valle de Güimar... Mª Ángeles fiel su dorada.
Repuestos, hacemos turismo. Calles, casas y patios de lo que fue una villa de esplendor y es hoy, apenas, un touristic center.
A comer recalamos en un sitio de nombre impagable: Naranjito, Mundial 82:
Sí. Es el típico bochinche de playa: manteles de cuadros, copas gruesas, servicio campechano y dos cosas insuperables, la vista sobre la costa rocosa y la calidad del producto del mar. Tomamos lapas, pulpo, morena frita, cherne abierto a la espalda...
¿Y para beber? Nunca lo adivinarías.... ¡Una malvasía volcánica de Lanzarote!
Vaya cuaderno de viaje!. Leo con entusiasmo cada una de tus entregas salivando, como decías, en cada una de ellas. Vaya anfitriones que tuvisteis , con ese premio también me monto yo en un vión de esos. Guti
ResponderEliminarUna interesante visita turística al norte de Tenerife; solo eso turística de paso."Motín del te, a lo canario" Disculpe "Motín del Vino, en toda regla.
ResponderEliminarGarachico es bastante más de lo que usted a descrito, le invito a que regrese y vuelva a visitarlo. Aunque sus comentarios no son más que eso, sus comentarios; Garachico y el norte de Tenerife es bastante más que una fugaz visita de un dia.
saludos cordiales
Lástima que sea usted un valiente y no se identifique.....ahora le digo no ofende quién quiere sino quién puede y ya le gustaría a la gente que alguien como J.A. escribiera algo con tanto cariño y detenimiento sobre su pueblo.....
EliminarComentarios así me dan lástima......
Siga usted ofendiéndose con cada cosa que lea en vez de hacer una lectura inteligente de las mismas y sacar algo de provecho.....
Ah y por favor no me conteste que me lo puedo imaginar......
Teresa León
Guti: De verdad que ha sido un viaje para disfrutar y, en efecto, Santiago y Tere son dos anfitriones excepcionales. El vino como leitmotiv es la escusa perfecta para aproximarse a un paisaje y una cultura tan particular como la canaria. Ah, y lo del avión es una mariconada...
ResponderEliminarAnónimo lector: Por supuesto que Garachico debe ser mucho más que las impresiones que a vuela pluma anotó este humilde turista. Los que viajamos poco abrimos mucho los ojos, para llenarlos de imágenes. Luego, algunos cometemos la temeridad de escribir nuestra experiencia (yo lo hago para obligarme a reflexionar y entender algo), con el riesgo evidente de resumir vivencias en cuatro lugares comunes.
ResponderEliminarRecojo su amable invitación a volver un día a Garachico y sus coladas de lava (por cierto, mucho más peligrosas son las coladas actuales, las de cemento), pero me permito recordarle que el objetivo de este bloguero no es la exhaustividad (ni histórica, ni cultural, ni geográfica ni nada) sino fijar con palabras el recuerdo amable que acompañó un viaje estupendo.
En mi descargo, permítame citarle a Simone de Beauvoir: “si alguien pasa una semana
en un país, puede escribir un libro; si pasa un año, un artículo; y si pasa diez años, es incapaz de escribir una palabra...”
¡¡¡que ganas tengo se que sigas escribiendo tu diario de viaje!!!
ResponderEliminargracias por compartirlo con tod@s nosotr@s...ahora tengo aún mas ganas de concoer tenerife!!
El paisaje a veces no es sólo lo que se puede ver, si no lo que se siente detrás del mismo. Tenerife, paisaje, belleza y pasión, bañada por las frescas aguas del Atlántico y la dulce brisa que la arropa
ResponderEliminar