Hace 26 años que subí a un avión por primera y, yo pensaba, última vez. Me dio un canguelo tan enorme que juré a todo el que lo quiso oír que nunca más. Pero como estas rotundidades de cada cual solo se dicen en alto para ser desmentidas con el paso del tiempo, 26 años después he vuelto a volar y, curiosamente, con el mismo destino.
Gardel dice que veinte años no es nada, pero veintiséis debe ser un mundo. Desempolvo algunas de aquellas viejas fotos analógicas y me veo con mi flequillo en su sitio, escueto de carnes, fumaor... Y miro también las fotos de ahora...
En fin, terminaré también con Gardel: fiera venganza la del tiempo...
Las aves en las Yungas Peruanas. Ruta foto-pajarera
Tarapoto-Moyobambo-Pomacochas (I).
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la...
Hace 3 días
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