viernes, 20 de abril de 2012

4. Cuesta abajo

Del Teide al nivel del mar en apenas una hora.  El Llano de Ucanca tiene un aire tan definitivamente marciano que no me sorprendo en absoluto cuando Santi, una filmoteca que camina, me cuenta que ha sido el plató natural de la peli Furia de titanes y su secuela.


En el descenso miro como los pinos se atreven a colonizar las coladas de lava.  Primero tímidamente, luego sin complejos...


Dicen que Alexander von Humboldt alucinó con la flora de la isla ¿Por qué no me sorprendo?, continuamos la bajada entre espigados tajinastes, carnosas tabaibas, con cuya leche curaban los guanches las berrugas de la piel, codesos, con sus diminutas margaritas blancas de centros amarillos, cardones, que tapizan los taludes imitando candelabros.  De pronto, en una recurva de la bajada, el espectáculo eterno del mar, con la isla de La Palma en el horizonte y detrás una punta que es de El Hierro.  ¿Es posible que uno, que viene de un pueblo de secano, absorba tanta belleza?


Vamos llegando a la costa y el paisaje se me hace más familiar: almendros, higueras, plataneras... y miles de construcciones sin criterio.  ¡Estoy en casa!.
Menos mas que arenas negras, el refugio de nuestros amigos frente al mar, nos cura el yuyu con una incomparable puesta de sol.  ¿A quien le importa ahora la dichosa crisis?  A ver lo que dura el efecto de la droga...


Lo que tienen estas excursiones, imágenes aparte, es el apetito feroz y la sed africana que le despiertan a uno, así que, en cuanto cae la noche nos largamos al Rincón de Juan Carlos, a dejarnos querer por los padrones.


Juan Carlos Padrón, 2º en el certamen de cocineros de Alimentaria 2012, gobierna un local coqueto, atestado de guiris (afortunadamente hacen la vida de las gallinas y pronto nos quedamos solos) en el que disfrutamos de una cena espectacular:  Empezamos con unas algodonosas nubes de gofio que anunciaban la diversión por venir.  Luego, una crème brûlée de chorizo palmero y papa negra emulsionada que había que tomarla de rodillas.  Le siguió una ensalada de cochino negro, pera, espárragos y crujiente de almendra y un mini canelón de pollo con salvia y salsa blanca.  

Empezamos la cena con un digno cava lanzaroteño, el Bermejo.  Luego abrimos un blanco que salió rana: Malvasía Peymar 2010; y nos quitamos el regusto con una estupenda Gual 2008, de Viñátigo.

Y seguimos cenando: crujiente de morcilla dulce con huevo y espuma de papa negra.  Cherne en agua de mar con su caldo y encurtido con capas de cebolla.  Papada y carrillera de cochino negro confitada con salicornia.  Chuletón y cebollinos al vinagre de estragón.  Maemía...

Después del postre (helado de mora con café, naranja y sirope de regaliz) y los petit fours, los vinos y licores, la espléndida cena, las emociones del día...  Creo que estuve bastante comedido.  A Juan Carlos intenté contratarlo para La Zorrera, a Raquel le propuse matrimonio y a Mª José creo que intenté, directamente, raptarla...  En fin, confío en que no se acuerden mucho.


2 comentarios:

  1. Como se nota que habéis disfrutado de lo lindo. Vusoltros que tenéis economato

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  2. La vida está hecha de momentos (Borges dixit) y te aseguro que este momento ha sido de los buenos...

    Por cierto hubo un entonces en el que tb compartíamos algunos momentos... ¿Te acuerdas?

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