martes, 24 de abril de 2012

5. Mirando al mar...

La mer, la mer, toujours recommenceée, escribió el poeta de Cementerio marino.  Y recomenzando como el mar eterno de Paul Valery, atravesamos nuestro segundo día de andadura canaria.  Un día que empezó, no podía ser menos, mirando el brazo de mar que separa Tenerife de La Gomera y que los isleños llaman La Traviesa.  Hasta Lola, la perrita de Santi y Tere, se complace en mirar el horizonte.


Para un tipo parco a la hora de desayunar, como este que suscribe, arrancar el día comiendo queso fresco canario, jamón de bellota, dulce de guayaba y quesadillas de El Hierro puede ser toda una experiencia mefistofélica.  Pero como todo no va a ser pensar en comida, nos fuimos a visitar a una amiga de Tere: Carmita la pescatera, a elegir el material para la comida.  Tom adelfras co.


Carmita despliega ante mis ojos pasmados el catalogo de peces atlánticos: Albacoras, cabrillas, chernes negros, pargos...  Atendiendo a criterios que desconozco Tere elige unas cabrillas y un cherne negro para la comida..  Mientras los va preparando abrimos el primero del día, Yaiza, una malvasía sobre lapilli de la bodega Vega de Yuco, azul en su botella vuvucela...


Tere prepara un gofio al estilo Lanzarote, con hojas de cebolla cruda y Santi arruga unas papas para tomarlas con un mojo verde.  Yo no dejo de salivar.  Hace ya rato que desapareció el efecto de la quesadilla.  Para las cabrillas y el cherne, pescados de carne preta, abrimos una estupenda malvasía, El Grifo Colección de 2011, cultivado sobre cenizas volcánicas.




El viento palmero venía rizando la traviesa y haciendo dar bordadas a lo fino a un precioso velero de cuatro palos ¿El Juan Sebastián Elcano, quizás? Bendita sobremesa.


Me despido del sur salutando el acantilado de Los Gigantes y llegamos a Santa Cruz, donde nos espera la agrofamilia, y nuevos amigos como Roberto Santana y Lourdes Ojeda.  Y nuevos vinos, claro: Tanajara, Candio, PQ y un extraordinario blanco barrica de la bodega Suertes del Marques...



En la cama, entorno los ojos y oigo el mar en mi cabeza y en mi estómago.  Me digo:  faltan dos días para que esto empiece...  Maemía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario