Se esconde, agazapada en días ventosos y desapacibles.  Tímida como adolescente insegura, adelanta en gestos mínimos su esplendor sensual, pero avergonzada se retrae otra vez ocultándome el rubor de sus mejillas.  A pesar de sus titubeos, los heraldos pregonan a voces su inminente reinado:  el sonoro croar de las ranas del royo, las yemas hinchadas de los árboles, la ternura vegetal de los primeros brotes....  Es la primavera, primo, que se apresta a saltar definitiva sobre nuestros corazones.
Francolín de Natal (Pternistis natalensis). Uno de esos francolines que no 
tienen piel desnuda alrededor de los ojos ni de la garganta.
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Taxonomía y situación de las fotografías Algo sobre el francolín de Natal 
En el francolín de Natal tanto los machos como las hembras tiene el plumaje 
sim...
Hace 1 semana
 



 
 

 
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