lunes, 10 de mayo de 2010

3. Olorosos y amontillados

No solo fueron manzanillas, hubo más.  Con su color ambarino aparecieron olorosos y amontillados.  Los primeros, de poderosa nariz, algunos con más de 20 años de crianza oxidativa:  nueces, mieles y melazas, uvas pasas, ebanistería...  Bocas de terciopelo, cálidas, untosas, apenas salinas, amargosas, largas.  Me gustaron mucho el Faraón, de bodegas Hidalgo, y el de Argüeso

 



Tambien una buena selección de amontillados.  Unos vinos curiosos, que en su infancia fueron manzanillas o finos, es decir, que tuvieron una crianza biológica, completando después su proceso con una larga crianza oxidativa. Frutos secos, avellanas, salitre, barnices... Muchos y buenos, pero destaco dos:  Botaina, de Domecq y el amontillado viejo de Argüeso,




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