martes, 21 de junio de 2011

7. Un tufillo a requesón

La otra labor en la que andamos estos días es el tratamiento fitosanitario del viñedo.


Cada día estoy más seguro en las bondades de practicar una agricultura sin venenos.  No usamos herbicidas, ni pesticidas, ni abono inorgánico, ni sistémicos, ni insecticidas...  Afortunadamente por aquí no pega el mildiu y solo hay que vigilar el oidio.  El año pasado nos fue bastante bien con tratamientos alternos de azufre y suero de vaquería, pulverizado al 20 % sobre las cepas., así que este año estamos repitiendo el mismo sistema.


Cuando tiramos el azufre volvemos a casa como el que vuelve de los infiernos de tomarse unos chatos luciferinos: apestamos a demonio.  Pero cuando toca el suero el tema se vuelve más fino y, David y yo, nos adornamos con aromas a yogur, aires de cuajada, fragancias de requesón...

¡Qué cosas!

No hay comentarios:

Publicar un comentario