lunes, 22 de febrero de 2021

Aire de arriba

 Ando releyendo El cuaderno gris, de Pla (un libro que aguanta mil y una relecturas, por cierto) y una cosa que me asombra es la riqueza léxica del Ampurdán para nombrar sus distintos vientos: garbí, tramuntana, xaloc, gregal, migjorn y algunos más.  Aquí, en mi pueblo, el vocabulario para referirse al viento es de una economía absoluta, de una penuria rayana en la tristeza.  La advocación del viento se reduce a aire de arriba y aire de abajo

Hoy he acabado la poda de la Loma y las dos primeras horas han sido heladoras.  Un aire de arriba, gélido, atravesaba mi ropa y entumecía mis dedos a pesar de los guantes. Luego el sol ha templado un poco la mañana y he podido terminar el tajo, por fin.


Podas al margen, me pasa un poco como a Alberto Cortez con las canciones en francés: las adoro. Hoy escucho una muy popular, compuesta en 1964 por Christophe (nombre artístico de Daniel Bevilacqua) que narra un amor juvenil con una chica francesa (Aline) de origen polaco.  Por cierto, Christophe falleció el abril pasado por coronavirus. Vaya tela.



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