Enfrascados en la poda andamos ahora, como todo viticultor. A primera hora hace frío de verdad, con el campo escarchado y el airecillo fino, pero en cuanto sale el sol... ¡ropa fuera!
Total, que terminamos arremangados y con sed, con lo que al filo del medio día lo que toca es refrescarse.
Al fin y al cabo, como recuerda de vez en cuando el gran krahe, no todo va a ser podar...
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