Descargar, sin toro, catorce barricas de un camión, a puro huevo, puede ser toda una experiencia mefistofélica. Más cuando el que lo cuenta es un cuasi cincuentón no especialmente para capacitado para proezas lumbares. Pero, en fin, las catorce barricas procedente de Bodegas y Viñedos de Nieva, en la Rueda Segoviana, ya están en Férez, a la sombra de la bodega.
El asunto es sencillo. El roble francés cuesta un huevo de la cara. Mi amigo Jose Mª Herrero las utiliza nuevas para fermentar la verdejo de pie franco (por cierto gran bacchus de oro, no se piensen que compramos cualquier barrica, ¿eh?) y yo se las recompro para hacerles dos vinos más. Este es el día a día del pequeño bodeguero: milagros cotidianos para sortear los caprichos de la administración y además intentar llegar a fin de mes...
Tántalo indio (Mycteria leucocephala). En un humedal de Sri Lanka.
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Taxonomía y situación de las fotografías Algo sobre el tántalo indio El
tántalo indio, como otras especies de cigüeñas, no presenta dimorfismo
sexual apa...
Hace 3 días

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