martes, 13 de abril de 2010

8. Lírica para la supervivencia

A veces es necesario aparcar la burocracia y olvidarse de la trampa gigante, para, a pesar de todo, seguir soñando.  No sé de ningún remedio mejor que la poesía.  Sin permiso de la autora voy a transcribir un hermoso poema de la cordobesa María Rosal, titulado Expolio:

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Pues si vino es verdad, quiero tenerte
vigilando la puerta de mi casa:
deja pasar el gozo, mas pon tasa
a la espada de hiel y contrafuerte.

Y cuando nada quede, quiero verte.
Cuando huya el aliento, trae la brasa
de la cepa, el olor de la uva pasa,
que yo sabré mis labios ofrecerte.

La ebriedad es un don irrenunciable.
La carne desazón y desatino,
dulce cauce de sed irrestañable.

Pues la pérdida es ley en el camino,
acepta la derrota inexorable:
perder hasta la vida, mas no el vino.

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