martes, 24 de diciembre de 2013

300

No se me asuste mi media docena corta de lectores que este post no va a glosar la musculosa película sobre Leónidas y sus épicos espartanos.  No.  Este título tan redondo es para indicar que nos pasamos a las barricas de trescientos litros.


La renovación del parque de barricas se hará en esta línea, ya que al variar la relación volumen-superficie, (vino-madera) el resultado es siempre más discreto y amable.  De momento hemos comprado una, para ver como manejamos la novedad en el trajín cotidiano de la bodega.  Y una vez comprobado que los durmientes, las puertas, y, sobretodo,  David y yo podemos con el reto (toda vez que nuestros biceps y abdominales no llegan a parecerse, ni de lejos, a los de los fornidos griegos)  ... ¡Decidido el cambio!

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