Igual es que los madrileños son muy educados... Pero los vinos gustaron mucho y recibimos parabienes y felicitaciones sin cuento. Al terminar la cata de los ocho vinos (el rosado, los tres de 2010, dos muestras de barrica y dos fianzas viejos, 2006 y 2007), llegó la anécdota más reconfortante de la noche: Un señor de cierta edad (en la foto se ve un poco a mi espalda) se me acerca y me dice... yo soy consumidor habitual de Fianza. Una botella a la semana.
¡Qué alegría, coño! Tengo que viajar más...
Enhorabuena por esa incursión capitalina. Aún recuerdo aquel ayer, cuando no había gepeeses y teníamos que coger el Metro para llegar al centro de los Madriles, ¡qué buenos momentos pasemos en el Metro!
ResponderEliminarComo cambian los tiempos
ResponderEliminarMe acuerdo de los tiempos anteriores al “gepe-ese”, cuando aventurarte allende las cercanías de la estación de Atocha era terreno vedado si no era en la compañía de tus amigos, entonces estudiantes en la Capital
Y ya ves ahora disertando sobre el vino en el mismo centro-centro
Saludos desde una lluviosa Ginebra
Victor
Que bueno es tener buenos amigos como vosotros, que le recuerdan a uno de vez en cuando lo cateto que era, lo poco que salía del pueblo...
ResponderEliminarEse tipo ha muerto. Ahora hay un nuevo J.Alberto que viaja con gepeese, monta en avión, sale al extranjero, liga con señoritas que hablan extraños idiomas...