viernes, 7 de octubre de 2011

1. Seré un bicho raro ...

Cada vez que leo en la prensa noticias sobre el turismo del vino entiendo menos el concepto.  La última que he visto habla sobre los premios Best of, concedidos a varias empresas patrias del sector.

Graves museos dinásticos, arquitecturas inverosímiles, jardines que podrían competir con Versalles, túneles de los sentidos, balcones de las variedades...  No tengo nada en contra estos parques temáticos vitivinícolas.  Al fin y al cabo esto es un negocio y de lo que se trata es de hacerlo viable, más con los aires que soplan.  Si Benidorm o Portaventura tienen su publico porque no habrían de tenerlo estos macroespás con tratamientos faciales polifenólicos?

Pero desde luego no me pillaréis haciendo cola para entrar a uno de estos saraos.  Seré un bicho raro, pero cuando viajo con el vino como excusa busco un paisaje vivo, la proximidad de los propietarios y trabajadores del vino y el privilegio enorme de la desmasificación, de la tranquilidad:  poder tomar un vasito de vino hablando del tiempo en la puerta de alguna bodeguita olvidada...


No hay comentarios:

Publicar un comentario